Que vienen y te dicen, se apoyan y se sirven de manera similar sobre juicios de comportamiento.
— Mejor lo dejo— miento..; vas yendo y decís… ¡Ahí nomás lo ves!
Cuando sos niño y cuando no lo sos…
— Esto es el bien y eso es el mal —te fijan los ojos—. En ese orden… ¿Viste?
— ¿Cuántos años tenés, vos? —te dicen, y más o menos no importa, porque soy doblado siempre. Pero hay algo que nunca falla….
« Yo tengo más que vos, seguíme». « Yo tengo menos que vos, feliz pudrición».
— Ajá—, seguís caminando, no se puede odiar tanto, y podés pensarlo, mirá que riqueza, no obstante, preocupado vas por ello … Porque estás solo y nadie te distrae, nada te contrae, nada te mantiene asustado y ahí llega el pensamiento…
¿Quién da más? ¿Mal explícito o disimulado?
SG.
Que nadie de más que divinas palabras.
ResponderEliminarMuy buenos lo testo